Comentarios de Medicina integrativa

 ¿Por qué es importante este tema?

El mundo cambia de prisa y hoy en día tenemos al alcance de nuestra mano enormes cantidades de información a la que podemos acceder fácil y rápidamente. A pesar de ello, la salud y la enfermedad son conceptos que han evolucionado lenta, cautelosa y parcialmente. Durante más de doscientos años, la biomedicina ha abordado las enfermedades con el estudio de los procesos que las provocan (patogénesis), con la inferencia de conexiones causales y con el desarrollo de métodos específicos para modificar estos procesos mediante terapias. Este método patogénico, de gran éxito en enfermedades agudas y traumáticas, resulta a menudo ineficaz en afecciones crónicas, principalmente debido a la naturaleza compleja y multifactorial de la mayoría de estos trastornos, y a que este método no permite sencillas inferencias causales lineales ni intervenciones terapéuticas estandarizadas, y trata a los individuos como casos de órganos o sistemas disfuncionales aislados, menospreciando además los aspectos socioculturales y humanísticos del cuidado (1). Por desgracia, el repentino aumento de los desarrollos tecnológicos, la creciente necesidad de una recompensa inmediata, y la sobrevaloración de nuestra capacidad para tratar el sufrimiento humano han acercado el sistema médico un paso más hacia este método de asistencia sanitaria basado en la enfermedad. Como resultado, tenemos una disminución de la confianza pública en las instituciones médicas y un incremento de prácticas y de filosofías médicas alternativas. Actualmente, la verdadera crisis en la medicina, y en la sanidad en general, probablemente no sea económica, sino de pérdida de las relaciones humanas fundamentales entre el sistema sanitario y las personas, entre los profesionales sanitarios y los pacientes (2). Están resurgiendo antiguos modelos de asistencia que permiten a los médicos y a otros profesionales de la salud centrarse de nuevo en la singular experiencia de la enfermedad, tanto a nivel individual como comunitario (3, 4).

En este contexto, se está desarrollando un método conocido como medicina integrativa, que se centra en la salud y en la curación mediante la combinación de la medicina convencional y la medicina tradicional alternativa y complementaria (MTAC). La medicina integrativa hace hincapié en la relación entre el paciente y el médico, así como en la responsabilidad de este último para hacer posible que el paciente se beneficie de un abanico de modalidades que pueden beneficiar la salud. Este enfoque da respuesta a los aspectos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales de la salud y de la enfermedad, y se centra, con profundidad, en la salud preventiva (5-8).

En los niveles inferior (clínico) y medio (servicios sanitarios), para recuperar y mantener la salud, la medicina integrativa busca armonizar los tratamientos médicos biofarmacéuticos convencionales con los de la MTAC que algunas culturas han adoptado (9, 10).

En un nivel superior, la medicina integrativa estimula los sistemas sanitarios que integran el autocuidado, las intervenciones basadas en el estilo de vida y la MTAC con la medicina convencional, a través de una evaluación racional y total del paciente, y de su seguimiento. Asimismo enfatiza el respeto por la capacidad de curación del individuo y la apreciación de su propia salud y, a través del favorecimiento de la colaboración entre facultativos, destaca la importancia de la relación médico-paciente, al tiempo que estimula los cambios de conducta individuales que se centran en la asistencia sanitaria basada en pruebas, ya sea convencional, alternativa o complementaria (11, 12).

Dado el papel indiscutiblemente importante que desempeña la MTAC en la mayoría de culturas del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha reconocido como fuente de servicios de atención primaria culturalmente aceptable, asequible y sostenible (5). Dichos servicios, de acuerdo con la OMS, incluyen cualquier práctica, método, creencia o conocimiento sanitarios que incorporen medicinas basadas en plantas, animales y minerales, terapias espirituales, técnicas manuales y ejercicios aplicados aisladamente o combinados, para tratar, diagnosticar y prevenir enfermedades o para mantener el bienestar (6, 7).

Estas terapias se pueden utilizar aisladas, como alternativa a las convencionales, o junto con la medicina al uso para tratar las enfermedades y favorecer el bienestar (5,13,14). Otro aspecto importante de la MTAC es que posee una visión holística del paciente y busca desviarse del método del tratamiento contra las enfermedades para ocuparse de los pacientes como individuos capaces de contribuir a su propio bienestar y capaces de saber elegir (15,16). Este énfasis por asegurarse de que el entorno, las preferencias, las emociones y la espiritualidad del paciente sean tenidas en cuenta, se hace más necesario en el caso de personas que padecen varias enfermedades crónicas, cuyas afecciones son causadas y potenciadas por la compleja interacción de múltiples factores (17-19). Esta complejidad también se tiene en cuenta en relación con los esfuerzos para evaluar las intervenciones, por eso los defensores de la medicina integrativa piden una investigación completa de los sistemas, distanciándose así de los métodos lineales y reduccionistas que dominan la evaluación de las intervenciones sanitarias convencionales (20, 21).

Como es lógico, el amplio abanico de filosofías, abordajes, y métodos curativos que acepta la MTAC genera resistencia por parte de la medicina occidental al uso. Como resultado, la MTAC y, por omisión, la medicina integraltiva no es utilizada, aceptada, estudiada, comprendida, ni puesta a disposición de los pacientes en la mayoría de las instituciones sanitarias convencionales mundiales.

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