Comentarios de El lenguaje de la polipatología
Herramientas de valoración
Un estudio sistemático de los métodos para medir la comorbilidad indicó que uno de ellos era simplemente un recuento de enfermedades y que otros doce eran índices (27). A continuación, veremos los que se consideraron válidos y fiables:
El índice de Charlson
Este es el instrumento más empleado para la valoración pronóstica en pacientes con comorbilidad. Inicialmente, se publicó en 1987 y se modificó posteriormente en 1994. La creación del índice de Charlson (28) se basó en un principio en un estudio prospectivo de 559 pacientes que correlacionaba mortalidad a un año con comorbilidad (Tabla 2). Dependiendo de la causa de mortalidad, se daba una puntuación a cada enfermedad crónica presente y, al sumar las puntuaciones, el resultado era un índice que tenía una correlación con la mortalidad.
El éxito del índice de Charlson se debe en gran medida a la modificación introducida por Deyo (29), quien lo adaptó a los códigos de diagnóstico almacenados en bases de datos administrativas con información acerca de más de 27.000 pacientes que se habían sometido a intervenciones de columna lumbar en 1985. La adaptación de Deyo del índice de Charlson se ha convertido en el índice de comorbilidad más utilizado. Es importante destacar que el estudio se basaba en una cohorte de hospital y en la mortalidad a un año. La mortalidad para cada cuartil de pacientes del estudio fue la siguiente: puntuación 0: 12%, puntuación 1-2: 26%, puntuación 3-4: 52% y puntuación 5: 85%.
Posteriormente el índice se ha validado en diferentes zonas geográficas y en diferentes grupos de pacientes con patologías concretas, y también se ha correlacionado con muchas variables como la calidad de vida relacionada con la salud, los reingresos y los costes sanitarios, entre otros.
Tabla 2. Índice de Charlson modificado
Comentarios existentes
No conocía estas escalas y no les encuentro mucho utilidad. De acuerdo con el compañero en que es demasiado genérica , no todos los tumores metastásicos tienen la misma mortalidad, hay enfermedades como el SIDA en la que los nuevos tratamientos están alargando la vida de estos pacientes y que ya no deberían puntuar tanto respecto a la mortalidad.
Quizás esta escala intenta unir comorbilidad con "riesgo" de mortalidad y eso, para mí al menos la hace menos utilizable en el estudio de la complejidad de las enfermedades crónicas
Todas estas herramientas validadas, son utiles en cuanto que nos ayudan en la valoracion, a aproximarnos con mayor grado de fiabilidad a la situación real que vive el paciente y por tanto a intervenir en función de las alteraciones existentes.
Son instrumentos orientativos.
EStoy de acuerdo con los comentarios anteriores. Es la escala más usada y validada. No obstante y como todas las escalas siempre son incompletas ya que valoran categorías genéricas. Por ejemplo, no sería igual tener una neoplasia pancreática estadio IV que una neoplasia de colon localizada, sin embargo la puntuación es la misma. Por cierto, ¿se podría considerar la edad como un item de la escala?.
Sin duda el uso de herramientas comunes permite, entre otras muchas ventajas, la comparabilidad de las intervenciones que se realizan en distintos sitios y si las poblaciones a las que van dirigidas son o no similares a la nuestra. El uso de herramientas como la clasificación del paciente pluripatológico que surgió en Andalucia y que se ha extendido al resto de la geografía española ha permitido la realización de proyectos como el PROFUND. No obstante, y salvo que me corrija Máximo, esta herramienta creo que es de ámbito nacional, y fuera de nuestras fronteras no se aplica, por lo que es dificil comparar los índices pronósticos como el del PROFUND con otros de paises anglosajones por ejemplo.
En el ámbito de la Nefrología, sobre todo en el área de diálisis, actualmente el índice de Charlson modificado es el más utilizado para valorar la comorbilidad de los pacientes con Enfermedad renal crónica.
Tanto este índice como otro posible a utilizar para la valoración y clasificación de pacientes tiene sus ventajas así como sus riesgos y limitaciones. Coincido y suscribo lo comentado por el resto de compañeros, es cierto que cuando queremos realizar una aproximación a la simplificación a un número de la realidad de una persona y su entorno, con sus especificaciones, sus complejidades propias y demás, se corre el riesgo de la imprecisión.
Por otro lado, en los últimos años, buena parte de los trabajos publicados que he consultado utilizan este índice de charlson, que para trabajos epidemiológicos resulta bien útil. Otro aspectos bien diferente vendría de la investigación cualitativa y los matices y comentarios que se le pueden hacer a esta aproximación de simplicación de la realidad compleja de los pacientes.