Salud promueve la difusión entre los centros de atención primaria del Código Europeo
Administrador OPIMEC
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última modificación
30/09/2009 14:34
Consumir a diario frutas y verduras, moderar el consumo de alcohol y evitar el tabaco y la obesidad son algunas de las recomendaciones más importantes (10/08/2007, Noticias. Salud Andalucía).
La Consejería de Salud ha elaborado un documento con las recomendaciones actuales de mayor utilidad en la prevención del cáncer, a partir de un análisis realizado por expertos internacionales sobre las evidencias científicas disponibles. El manual, basado en el Código Europeo contra el Cáncer, se distribuirá entre los profesionales de atención primaria y permitirá reforzar los mensajes que ya se vienen ofreciendo sobre los riesgos del tabaco, la vida sedentaria o la obesidad, y la importancia de seguir unos hábitos de alimentación adecuados.
Se estima que entre cinco y siete de cada diez casos de cáncer podrían evitarse con un estilo de vida saludable. De ahí que el II Plan Integral de Oncología, que abarca el periodo comprendido entre 2007 y 2012, dedique una especial atención al fomento de formas de vida sanas que puedan contribuir a prevenir las muertes por cáncer, pero también a mejorar otros aspectos de la salud en general.
El Código Europeo contra el Cáncer es un documento elaborado a partir de la información difundida por las agencias internacionales de cáncer y los estudios epidemiológicos presentes en la literatura internacional. Una de las principales recomendaciones incluidas en este texto se refiere a la importancia de evitar el consumo de tabaco, principal causa de muerte prematura y motivo de entre el 25 y el 30% de todos los fallecimientos por procesos oncológicos. También es fundamental no fumar en presencia de personas no fumadoras. Cuando se deja de fumar, desaparece el aumento en el riesgo de cáncer inducido por esta causa.
La obesidad es otro factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades crónicas, en particular para la diabetes, la enfermedad cardiovascular y el cáncer. De hecho, en este último caso, existe una asociación evidente con el cáncer de colon, mama (en mujeres postmenopáusicas), endometrio, riñón y esófago. También la actividad física tiene un efecto protector sobre el riesgo de desarrollar una enfermedad oncológica.
Dieta saludable
La dieta es otro factor con capacidad de prevenir estas patologías, como lo demuestran estudios epidemiológicos que indican el efecto protector del consumo elevado de frutas y verduras sobre una gran variedad de tipos de cáncer, como los de esófago, estómago, colon, recto y páncreas. Igualmente, es importante limitar el consumo de aquellos alimentos que contienen grasas de origen animal.
Beber alcohol puede aumentar también el riesgo de desarrollar estas patologías, fundamentalmente en el tracto respiratorio y digestivo, y, a la vez, presenta un efecto perjudicial para otras enfermedades. De hecho, el alcohol favorece el efecto carcinógeno de otros factores de riesgo, como el tabaco o una dieta errónea.
En lo que respecta a las principales causas ambientales de los cánceres de piel, la exposición al sol aparece como la más importante, por lo que hay que tomar precauciones, con especial atención en la infancia y la adolescencia.
El Código Europeo contra el Cáncer insta también a exigir que se apliquen y sigan las regulaciones internacionales y nacionales para prevenir la exposición a sustancias cancerígenas conocidas. Los cánceres que se asocian con más frecuencia a exposiciones ocupacionales son los de pulmón, vejiga urinaria, mesotelioma (tumor de la pleura o del peritoneo), laringe, leucemia, angiosarcoma hepático, cavidad nasal y piel no melanoma.
En este sentido, hay que tener en cuenta que la principal fuente de radiación de la población humana tiene procedencia natural, mientras que las artificiales –que causan una mayor preocupación pública- solamente son responsables de una exposición muy pequeña.
Cribados
El documento hace también hincapié en la probabilidad de obtener mayores éxitos en el tratamiento del cáncer si se detecta en estadíos precoces y preclínicos, es decir, cuando aún no presenta síntomas, por lo que son muy importantes los programas de cribado.
Así, el Código Europeo destaca la conveniencia de realizar a partir de los 25 años cribados de cáncer de cérvix, mediante citologías cervicales. Existen evidencias limitadas sobre los beneficios del cribado en mujeres mayores de 60 años, probablemente debido a que la incidencia de lesiones cervicales de alto grado decae a partir de la edad media de la mujer.
2/06/2008